Los sitios arqueopaleontológicos de Orce se revelan, una vez más, claves para entender la primera ocupación humana. Los yacimientos orceños se caracterizan por la cantidad y variedad de actividades humanas, combinadas con la gran diversidad de otras especies de vertebrados que convivían en un gran lago convertido, a día de hoy, en barrancos y cañadas.
El yacimiento de Barranco León recibe el privilegio de ser el lugar con ocupación humana más antigua en el continente europeo. En él, los arqueólogos registran buena parte de la variedad de actividades que llevarían a cabo nuestros antepasados más remotos: talla de la piedra y procesado de cadáveres de herbívoros. En Barranco León, dominado por dos especies muy vinculadas al agua, el hipopótamo y la tortuga, se han recuperado percutores con los que los homínidos fracturaban otras rocas para obtener filos cortantes y también elementos útiles pesados con los que romper huesos para acceder a la médula ósea.
De la misma forma, se documentan los efectos del uso de dichos útiles a través de las características marcas de corte y de fracturación en los restos óseos. Pero lo más reseñable, según indican los investigadores, son los núcleos que sirvieron como raspadores de piedra masivos y los becs que resultan de la conformación de un pico en uno de los extremos del útil. “Tanto los unos como los otros son elementos poco frecuentes hace 1,4 millones de años, y añaden una mayor complejidad al repertorio cultural de nuestros antepasados más remotos”, según los investigadores.
El yacimiento de Fuente Nueva destaca por la imponente figura de los mamuts. “Este lugar, que debió funcionar como trampa natural, se convirtió en zona de aprovechamiento ocasional de cadáveres de herbívoros por parte de los homínidos. De ahí la concentración de industria lítica tanto en sílex como en caliza. Al margen de los proboscídeos, en este yacimiento hemos recuperado en esta campaña restos de hipopótamos, rinocerontes o caballos. De entre los primeros destaca el húmero de un mamut para el que se ha calculado una masa corporal de más de nueve toneladas”, explica el investigador responsable del proyecto, Juan Manuel Jiménez Arenas, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR.
Alonso Morilla y Juan Manuel Jiménez, investigadores de la UGR y Robert Sala coordinador.
El corte IV de Venta Micena es algo más antiguo que los anteriores. Según explican los expertos, en este yacimiento sólo se han recuperado restos faunísticos de especies extintas. “Destaca por la enorme cantidad y diversidad de fósiles. Así las cosas, dos de las cuadrículas (apenas dos metros cuadrados) encierran prácticamente toda la diversidad de vida animal de Orce hace un millón y medio de años: restos de proboscídeos, rinocerontes, caballos, hienas, bóvidos de diferente tamaño, licaones (una serie de dientes decíduos –de leche-), dos especies de ciervos y un canino completo de Megantereon whitei (uno de los dos tigres de dientes de sable)”, destaca Jiménez Arenas.
Los investigadores de Orce han hallado en esta campaña un elevado número de ciervos, especialmente representados por las enormes cuernas de la especie Praemegaceros. Dicha abundancia podría estar relacionada con unas condiciones climáticas diferentes a las que se pueden registrar en los yacimientos con presencia humana, las cuales quizás ayuden a entender por qué hace 1,5 millones de años no se registran homínidos en Orce.
Imagen actual de Orce sobre los sedimentos producto de la evaporación del lago. IPHES
Paralelamente, durante esta campaña se ha llevado a cabo un intenso programa de divulgación, destacando cuatro charlas en diversos bares de Orce, una conferencia en Huéscar, tres jornadas de puertas abiertas a los yacimientos, dos para todos los públicos y otra con niños de Orce, así como la visita de niños del Centro de Menores “Tierras de Oria”. Para finalizar la campaña, se llevó a cabo una Feria de la Prehistoria en la que participaron, sobre todo, niños y niñas y se aunó un binomio indisoluble: ocio y cultura.
Las nuevas tecnologías se mezclan con la investigación de los primeros pobladores del continente europeo. Toma de imágenes con drones y pértigas para reconstruir tridimensionalmente los valles y la superficie de los yacimientos y un sistema de registro a través de una aplicación de teléfono móvil se han puesto en Orce al servicio del estudio y de la generación de conocimiento.
La siguiente fase que iniciarán los investigadores será estudiar los materiales y se desarrollará durante el resto del año bajo el amparo del Proyecto General de Investigación “Primeras ocupaciones humanas y contexto paleoecológico a partir de los depósitos pliopleistocenos de la cuenca Guadix-Baza, Zona arqueológica de la cuenca de Orce (Granada, España)”, financiado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Su desarrollo se prolongará hasta 2020.
Además de la Universidad de Granada, en este trabajo han participado prestigiosas instituciones académicas y de investigación, entre las que destaca el IPHES de Tarragona, la Universidad de Helsinki, la Universidad Autónoma de Barcelona, el CENIEH de Burgos, Universidad de Zurich o el Centro GeoGenetics de Copenhague.
Fuente: Universidad de Granada | 28 de julio de 2017
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De: Historia y Arqueología
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Autor/Editor: Aníbal Clemente
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