Una importante migración europea cruzó el estrecho de Gibraltar hacia el sur a mediados del Neolítico y dejó su impronta genética en los habitantes del norte de África, según revela una investigación internacional con participación de científicos españoles.
La revista estadounidense "Proceedings of the National Academy of Sciencies" ha publicado los resultados de un trabajo de un grupo de científicos de Estados Unidos, España, Marruecos y México sobre el genoma de las poblaciones neolíticas del norte de África, a partir de un estudio comparativo hecho con ADN humano antiguo recuperado en yacimientos arqueológicos marroquíes.
El trabajo entra de lleno en un debate aún abierto en el mundo de la Prehistoria, el que intenta dilucidar cómo se propagó la llamada "revolución neolítica", el gran salto cultural que comenzó hace 15.000 años en Oriente Próximo cuando los grupos humanos que vivían cazar y recolectar descubrieron la agricultura.
El debate gira en torno a si esa revolución se expandió hacia Europa y el norte de África en forma de migraciones o si, por el contrario, lo que viajaron fueron solo las ideas, las nuevas técnicas agrícolas y ganaderas, que se propagaron por los diferentes grupos humanos asentados en cada territorio, precisa la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en un comunicado.
Los estudios de ADN de las poblaciones antiguas de Marruecos realizados por los responsables de este trabajo aportan un nuevo elemento para ese debate.
El genoma de los pobladores de esa zona del norte de África en el Neolítico temprano, hace unos 7.000 años, ha resultado ser muy similar al de otros individuos que habitaron esa región del continente durante el Paleolítico, hace unos 17.000 años.
Sin embargo, los individuos que vivieron en esa zona durante el Neolítico tardío, hace unos 5.000 años, comparte la mitad de su carga genética con los humanos de la misma época asentados en el sur de España.
Todo ello, apuntan los autores, sugiere que "existió una migración europea, a través del estrecho de Gibraltar, entre el periodo Neolítico temprano y el tardío".
La ULPGC resalta que esta conclusiones tienen "grandes implicaciones en la Prehistoria del norte de África, ya que tradicionalmente se había asumido que la influencia europea en esta región se produjo a partir de las invasiones romanas y bárbaras", es decir, mucho más tarde, en periodo ya histórico.
"Sin embargo, los resultados obtenidos por esta investigación cambian completamente esta visión, retrayendo la llegada de las primeras poblaciones europeas al norte de África al Neolítico", apunta.
En este trabajo, participan varios investigadores españoles: Rosa Fregel, de la Universidad de Stanford (EEUU); Dimas Martín Socas, María Chamalich Massieu y Ayoze Trujillo Mederos, de la Universidad de La Laguna (Tenerife), Jonathan Santana Cabrera, de la Universidad de Durham (Reino Unido); Jacob Morales, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; y Francisco J. Rodríguez Santos, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria. EFE
Fuente: lavanguardia.com | 12 de junio de 2018
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Nuevos estudios cierran el cerco genético al origen de los canarios
El origen de los antiguos canarios ha sido y sigue siendo un tema que suscita un gran interés. La relación de los primeros pobladores de las islas con poblaciones del norte de África se ha venido evidenciado a lo largo de los años desde distintas disciplinas, pero quizás la más contundente sea la genética. Cada vez son más los estudios que cierran ese cerco genético en torno al lugar de procedencia de los guanches y el último, asegura la investigadora del Departamento de Genética de la Universidad de Stanford (USA), recientemente incorporada a la ULL, Rosa Fregel (izquierda), sirve «para seguir indagando» porque «todas las migraciones que afectaron al norte de África son necesarias para interpretar lo que aparece en los aborígenes canarios».
Este último trabajo es el que ayer publicó la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciencies sobre el genoma de las poblaciones neolíticas del norte de África, a partir de un estudio comparativo con ADN humano recuperado en tres yacimientos arqueológicos marroquíes (uno de hace 15.000 años y dos de hace 7.000 y 5.000 años). Esta investigación ha sido llevada a cabo por un grupo de científicos de Estados Unidos, Marruecos, México y España, ente ellos Rosa Fregel y el arqueobotánico de la ULPGC, Jacob Morales (derecha), y otros investigadores de la ULL.
Según Rosa Fregel, el estudio revela que en las poblaciones bereberes de hace 5.000 años, en el Neolítico tardío, ya había mezcla europea, pero, además, la mitad de su carga genética está compartida con los humanos asentados en esa época en el sur de España.
De manera indirecta, explica Fregel, este trabajo viene a aportar datos empíricos sobre los primeros pobladores a las islas, que llegaron desde el norte de África hace alrededor de 2.000 años y cuya genética, comparada con la de las poblaciones del Neolítico tardío de esa zona, «tiene bastantes similitudes».
Sin embargo, «dado que la colonización de Canarias ocurrió 3.000 años después de la existencia de estas comunidades neolíticas tardías, está claro que otras migraciones pudieron haber llegado al norte de África», asegura la experta en genética y doctora en biología. El estudio de esas migraciones posteriores que afectaron al norte de África es lo que cerraría el círculo genético de los antiguos canarios y con ello el lugar exacto del que partieron.
El estudio cambia la visión de la prehistoria del norte de África, pues retrotrae la llegada de los primeros europeos al periodo Neolítico -y no, como se creía, a la era romana- y, además, a través del estrecho de Gibraltar.
Este último trabajo es el que ayer publicó la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciencies sobre el genoma de las poblaciones neolíticas del norte de África, a partir de un estudio comparativo con ADN humano recuperado en tres yacimientos arqueológicos marroquíes (uno de hace 15.000 años y dos de hace 7.000 y 5.000 años). Esta investigación ha sido llevada a cabo por un grupo de científicos de Estados Unidos, Marruecos, México y España, ente ellos Rosa Fregel y el arqueobotánico de la ULPGC, Jacob Morales (derecha), y otros investigadores de la ULL.
Según Rosa Fregel, el estudio revela que en las poblaciones bereberes de hace 5.000 años, en el Neolítico tardío, ya había mezcla europea, pero, además, la mitad de su carga genética está compartida con los humanos asentados en esa época en el sur de España.
De manera indirecta, explica Fregel, este trabajo viene a aportar datos empíricos sobre los primeros pobladores a las islas, que llegaron desde el norte de África hace alrededor de 2.000 años y cuya genética, comparada con la de las poblaciones del Neolítico tardío de esa zona, «tiene bastantes similitudes».
Sin embargo, «dado que la colonización de Canarias ocurrió 3.000 años después de la existencia de estas comunidades neolíticas tardías, está claro que otras migraciones pudieron haber llegado al norte de África», asegura la experta en genética y doctora en biología. El estudio de esas migraciones posteriores que afectaron al norte de África es lo que cerraría el círculo genético de los antiguos canarios y con ello el lugar exacto del que partieron.
El estudio cambia la visión de la prehistoria del norte de África, pues retrotrae la llegada de los primeros europeos al periodo Neolítico -y no, como se creía, a la era romana- y, además, a través del estrecho de Gibraltar.
Los datos aportados por Jacob Morales sobre agricultura en el norte de África fueron de gran valía para contextualizar los estudios genéticos, pues corroboran que en los primeros momentos del Neolítico la agricultura no llegó de otro lugar, sino que fue un proceso evolutivo de los pobladores del norte de África, mientras que más adelante sí está demostrado que llegaron poblaciones europeas y con ellas llegaron otros cultivos.
Ese cambio de visión también afecta indirectamente a las islas, dice Morales, experto en el estudio arqueológico de la agricultura y cuya investigación se han centrado en el origen de la agricultura en el norte de África. A su juicio, y a también al de Fregel, «la reconstrucción el pasado del norte de África servirá para reconstruir el de las islas».
Morales cree que los aborigenes son descendientes de esos pobladores norteafricanos del Neolítico tardío y, por tanto, no son solo africanos, sino también europeos antiguos. También trajeron la manera de cultivar y los cultivos.
Fuente: canarias7.es | 13 de junio de 2018
Ese cambio de visión también afecta indirectamente a las islas, dice Morales, experto en el estudio arqueológico de la agricultura y cuya investigación se han centrado en el origen de la agricultura en el norte de África. A su juicio, y a también al de Fregel, «la reconstrucción el pasado del norte de África servirá para reconstruir el de las islas».
Morales cree que los aborigenes son descendientes de esos pobladores norteafricanos del Neolítico tardío y, por tanto, no son solo africanos, sino también europeos antiguos. También trajeron la manera de cultivar y los cultivos.
Fuente: canarias7.es | 13 de junio de 2018
Atribución de la publicación original:
De: Historia y Arqueología
Publicación: http://www.historiayarqueologia.com/2018/06/una-migracion-europea-cruzo-el-estrecho.html
Autor/Editor: El Diario de Aníbal
URL: http://www.historiayarqueologia.com/
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Fecha: June 15, 2018 at 05:30AM
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